Tres horas (aproximadas, habrá quien se pase el día) de una inmersión en el interior de uno mismo (literalmente) y de aprendizaje anatómico espectacular!
Cuerpos reales como núnca antes se habían podido ver para el público en general, tanto niños como adultos asombrados ante la grandeza del cuerpo humano y su perfecto engranaje!
No se si es porque me toca profesionalmente, pero es una exposición digna de ver y que vale la pena rascarse un poco el bolsillo y disfrutarla.
¡Ojalá en mi época de estudiante me hubieran explicado y enseñado anatomía y patología de una forma tan gráficamente real!
La recomiendo incluso si no se es del gremio de la sanidad; conocerse por dentro y valorar la perfección de la naturaleza a la hora de nuestra formación como seres vivos no está de más!